
El Polímata vs el cromañon.
Era una noche agradable hace unos 4 años, sentados frente a la Diosa Cibeles, mi hermano Rodrigo y yo compartíamos la cena, hablando de lo realmente importante que sería tener una mejor educación en el país. Concluimos que no podíamos esperar a que el sistema educativo mejorara, o a que el gobierno realmente decidiera hacer algo al respecto. Sabíamos que teníamos que hacer algo. Más que una obligación, lo asumimos y lo aceptamos como una necesidad propia y compartida. Durante los siguientes meses convencimos a personas muy apasionadas y talentosas que se unieron al grupo de fundadores, y así fue como hace 3 años nació Polimatía.
Seamos honestos, el mexicano promedio no es nada civilizado. Sólo falta manejar por las calles de nuestras metrópolis o carreteras, convivir en un condominio con tus vecinos, o intentar organizar a un grupo que logre algo de beneficio colectivo, para darse cuenta de que somos un país con muy poca o nula cultura cívica.
Dentro de los incivilizados hay niveles, te propongo que nos enfoquemos en los peores: que tiran basura en la calle, que no respetan a sus vecinos, que no pagan impuestos, que hacen trampa, esos que creen que pasar por encima del otro es un tema de supervivencia. Para fines didácticos te propongo llamar a este tipo de personaje: "Cromañón". El Cromañón no necesariamente es un delincuente, un sicario o cualquier otro tipo de sociopata, pero está en la frontera y en cualquier momento puede cruzarla.

En el extremo opuesto se encuentra el "Polímata". El Polímata además de un homo sapiens es alguien que sabe poco de muchos temas, pero que además se caracteriza porque le apasiona el conocimiento. Siempre quiere aprender cosas nuevas, descubrir los qués, los cómos, los porqués. Es alguien que además disfruta mucho estar con otros, compartir conocimiento, compartir emociones. Son esas personas que nos encanta tener al lado, con las que nos gusta conversar, nos intrigan sus ideas, sus cuestionamientos, su sentido del humor. Son esas personas que construyen a su alrededor, construyen a través de las relaciones, construyen desde su propio ser. Cada vez que te los topas tienen algo nuevo que contarte, ya emprendieron algún negocio, están estudiando o leyendo algo interesante, quieren construir algo nuevo. Son gente que todo el tiempo está viendo cómo mejorarse y cómo mejorar su entorno.
El Polímata sabe muy bien que la esencia del ser humano está en su capacidad de vivir en armonía con otros. Se asume como un ser social que se debe a los demás y no es nada o es muy poco por sí solo.
Yuval Harari, en un libro que me fascina (De animales a dioses, 2013), sostiene que en algún momento de la historia coexistieron varias especies de “humanos”, entre ellos, los cromañones y los homo sapiens. También asegura que hay vestigios de guerras encarnizadas entre los diferentes tipos de humanos. Adivinen quién ganó.
Así es, aunque nuestra especie no era la más fuerte, ni la más apta, frente a sus rivales neardentales, cromañones, etc., tenía algo que lo hacía mucho más poderoso que su físico y su inteligencia individual: su capacidad de vivir y organizarse en grupos muy grandes. Las historias que se contaban unos sapiens a otros, las verdades subjetivas que después se convirtieron en “inter-subjetivas” los volvieron más fuertes y letales, al grado en el que acabaron con todas las demás especies de humanos. No todo en la historia del sapiens es miel sobre hojuelas, además de extinguir a otras especies de humanos, hemos extinguido a miles de especies animales. Nos falta mucho por evolucionar, pero definitivamente, si hablamos de capacidad evolutiva y adaptativa, estamos MUY por encima del Cromañón. Si eres un Polímata te invito a que te unas a Polimatía. Si ya eres miembro de esta increíble comunidad, te pido que invites a otros para que nos ayudes a seguir creciendo y construyendo juntos un mundo mejor.

Hace 4 años, frente a la Diosa Cibeles, me prometí que formaríamos la comunidad más grande de Polímatas en el mundo. Hoy somos miles, pero nos faltas tú. ¡ÚNETE!